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Foto del escritorOmar Haddad Segura Landin.

Imagen corporal en la obesidad: Un cuerpo hecho de palabras, afectos y sensaciones.


¿Qué es la imagen corporal? Es una representación que tenemos de nosotros mismos, pero que no tiene que ver directamente con lo físico tangible, sino que se construye a partir de los sentimientos y sensaciones que tenemos con respecto a nuestro cuerpo. Esto no es algo con lo que nacemos, sino que lo vamos desarrollando a lo largo de nuestro crecimiento. Cuando nacemos somos tan sólo un organismo, una pequeña masa de carne y procesos bioquímicos. No podemos decir que hay un cuerpo en un sentido psicoanalítico porque eso es algo que se construye a partir de la otredad. Es la persona que hace su función de madre que nos acoge en su regazo y nos amamanta. En esa experiencia no sólo alimenta, sino que también hablar, toca, sostiene; es toda una experiencia sensorial y afectiva. Poco a poco nos va nombrando el cuerpo; tus piernitas, tus manitas, que lindo pelo etc. Es a partir de este tipo de interacciones que vamos construyendo una imagen de nosotros mismos. Así cuando grandes, no sólo hemos crecido en un sentido biológico, sino también de experiencias tanto agradables como displácetelas, incluso dolorosas. Todo ello va ir mutando nuestra imagen corporal; los sentimientos, pensamientos y percepciones. Así pues, vamos desarrollando una relación con nuestro cuerpo. Dicha imagen no es permanente, sino que va mutando combase también a nuestras experiencias de vida.




¿Qué pasa en un contexto de obesidad? ¿Cómo fue nombrado ese cuerpo? ¿Cómo se le acogió en este mundo y que se le dijo? No es extraño escuchar en mis pacientes historias de terror de cómo se nombraba a su cuerpo desde un lugar despectivo desde la niñez. “Ya estás muy gorda” “¿Vas a seguir comiendo así? "Si engordas nadie te va querer", “No te pongas esa ropa que te queda muy mal” “Ya viste a tu prima, que delgada está, se ve muy bonita” Frase que se acompañan de acciones como dietas rigurosas, además de peligrosas y dolorosas. Siempre exigiendo la delgadez como el máximo ideal por alcanzar. Otras por el contrario pugnarán por negar el cuerpo femenino, porque "puede provocar a los hombres" o que es "indecente" “Te pueden hacerles algo” haciendo que se sintieran en peligro y culpable de su desarrollo llevándolas a cubrir ese cuerpo con grasa como una forma de protección. Así con el pasar de los años la imagen corporal se va distorsionando, hasta no empatar con la de la realidad externa, lo cual puede provocar autorreproches y frustración por no tener la figura idealizada que les han incorporado. Por eso muchas personas al ver sus fotos de adolescencia caen en cuenta que no se veían como pensaban o cómo les decían que se veían y que el aumento de peso de ese momento era propio del desarrollo y que nada tenía que ver con sobrepeso u obesidad. Pero como se los repitieron hasta el cansancio dejaron de ver al peso como un estado y lo toma como una identidad; se nombran a sí mismas de forma despectiva y punitiva. Por ello cuando bajan de peso de forma significativa les cuesta comprar ropa de su talla, porque a pesar de que físicamente bajaron de peso, psíquicamente se pueden estar viviendo con obesidad y dudan que la ropa les pueda quedar.





Por lo anterior es que cobra tanta relevancia que a la hora que quieras iniciar un tratamiento de cambio hábitos alimenticio no se pugne por los cambios drásticos e inmediatos. Que tus pérdidas de peso sea significativas pero paulatinas, hacer pequeños periodos de mantenimiento para que se acompañe también de ciertos ejercicios que te permitan ir apropiándote de esta nueva imagen. Ya que si no te tomas el tiempo de asimilar los cambios puede que esto mueva en ti afectos de angustia por diferentes circunstancias y despierten en ti fantasías inconscientes al rededor del peso. Esto te podría hacer que vuelvas a los hábitos de antes como una forma de resistencia. La imagen corporal es algo que se puede ir modificando a lo largo del proceso. Acompañarte de un terapeuta te podría ayudar a entender y disipar la angustia al rededor del proceso para que puedas ser más consciente de los cambios que vas teniendo y esto permita empatar tu imagen corporal con lo que devuelve el espejo. Mejorar la relación con tu cuerpo no tiene que ver con un número en la báscula, sino con tu autocuidado; lo que eso signifique para cada quien.






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