En la búsqueda de un peso saludable, a menudo nos encontramos con obstáculos que parecen insuperables. A pesar de nuestro conocimiento sobre la importancia de una dieta equilibrada, el ejercicio regular y un sueño adecuado, muchos de nosotros luchamos por mantener estos hábitos saludables a largo plazo. ¿Por qué, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, nos encontramos atrapados en un ciclo de pérdida y ganancia de peso? Una posible respuesta a estas interrogantes podría ser: Fantasías inconscientes.
Las fantasías inconscientes son narrativas internas, formadas en las profundidades de nuestra psique, a menudo enraizadas en experiencias tempranas de la vida. Estas narrativas pueden influir en nuestra autopercepción, nuestra relación con nuestro cuerpo y nuestros comportamientos diarios, incluyendo nuestros hábitos alimenticios y de ejercicio.
Consideremos los siguientes casos a manera de ejemplo:
Primero, presentamos el caso de Laura. Laura, que estaba a punto de casarse por segunda vez, deseaba perder peso para su boda. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, se encontraba volviendo a sus viejos hábitos alimenticios y de ejercicio. Durante su terapia, Laura reveló que había sufrido un aborto espontáneo en su primer matrimonio y sentía una profunda culpa por esta pérdida. Para afrontar su dolor, Laura recurría a la comida y al trabajo excesivo. Su vientre abultado le recordaba a su embarazo perdido, como si de alguna manera pudiera mantener viva la memoria de su hijo no nacido. Al reconocer esta fantasía inconsciente, Laura pudo comenzar a liberarse de la culpa que no le correspondía y a establecer una relación más saludable con su cuerpo.
El segundo caso es el de Carlos. El mayor de cinco hermanos, se vio obligado a cuidar de su familia desde una edad temprana después de la muerte de sus padres. Vivían en un barrio peligroso, pero Carlos, gracias a su cuerpo robusto, lograba mantener a raya a los matones. Cuando intentaba perder peso, se sentía vulnerable y temeroso. Además, recordaba los tiempos en que la comida era escasa y él se sacrificaba para que sus hermanos pudieran comer. Ahora, como adulto, le resultaba difícil resistirse a la comida y a la sensación de plenitud que le proporcionaba. Al reconocer que su peso era una especie de armadura protectora y un símbolo de abundancia, Carlos pudo comenzar a trabajar en sus miedos y a establecer una relación más saludable con la comida y su cuerpo.
Estos casos ilustran cómo las fantasías inconscientes pueden influir en nuestra relación con nuestro cuerpo y con la comida. Sin embargo, reconocer y entender estas fantasías es solo el primer paso. Es esencial buscar la ayuda de un profesional, como un terapeuta o psicoanalista, para explorar estas fantasías y entender cómo pueden estar afectando tu peso y tu salud. Recuerda, no hay nada de malo en buscar ayuda. De hecho, es uno de los actos más valientes y amorosos que puedes hacer por ti mismo.
Finalmente, es importante ser amable consigo mismo durante este viaje. Puede ser un camino difícil y puede llevar tiempo. Pero cada paso que da, cada descubrimiento que hace, cada vez que eliges cuidarte, estás avanzando una mejor relación contigo mismo.
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