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Acerca del libro “El crimen del cabo Lortie: Tratado sobre el padre.” Por Pierre Legendre.




El 8 de mayo de 1984 un joven de 25 años de edad llamado Denis Lortie, perteneciente al ejército canadiense se propone irrumpir en la asamblea nacional de Quebec con la intención de matar al gobierno. Apretando el paso por los corredores con su arma semiautomática disparando a fuego y sangre logra hacerse paso hasta llegar a la cámara en donde se reúnen los diputados. Para su sorpresa al llegar encontrar la sala vacía ya que esa tarde no sesionaba. Ante su asombro sólo optó por sentarse en la silla del presidente dejando tras de sí tres muertos y ocho heridos. Todo terminó en una negociación con un elemento del ejército para que se entregara. Dentro de sus primeras declaraciones dijo “El gobierno de Quebec tenía el rostro de mi padre.


So pretexto de este caso el historiador del derecho y psicoanalista francés, Pierre Legendre estudia este caso de parricidio y reflexiona sobre la relación entre las normativas de la tragedia y su representación en la vida real. Plantea la necesidad de poner en palabras la escena humana del incesto y del homicidio para desarticular su cumplimiento en la vida cotidiana. Según Legendre, la prohibición es ante todo un problema de la verdad; la verdad de la diferenciación humana. Tal es el sentido del oficio del padre, indisociable del principio de Razón, del que, en suma, es su traducción jurídica. Todo parricidio lo devela: el homicida arremete contra la construcción misma de la Razón.


Comenzará por problematizar el concepto de filiación en el contexto del caso de Denis Lortie. La filiación se refiere a la relación de descendencia que existe entre un padre y un hijo, y es un concepto fundamental en la ley y el psicoanálisis. Este concepto se ilustra en el caso de Lortie, quien declaró que "el gobierno de Quebec tenía el rostro de mi padre". Esta declaración puede interpretarse como una expresión de la relación de filiación que Lortie sentía con el gobierno, y cómo esta relación se convirtió en un factor en su crimen. Sugiere que el fracaso de la función filiatoria puede tener consecuencias graves. En el caso de Lortie, este fracaso puede haber contribuido a su acto de parricidio.


Legendre aborda la prohibición del homicidio desde una perspectiva psicoanalítica y jurídica. La prohibición al homicidio está intrínsecamente ligada a la función del padre, que es inseparable del principio de razón. Legendre argumenta que la prohibición del homicidio es fundamental para la estructura de la razón y la ley que define nuestra subjetividad humana. Esta estructura está simbolizada por la figura del padre, que es la encarnación de la ley y la razón en la psique humana. Por lo tanto, cualquier acto de homicidio puede ser visto como un ataque contra esta figura simbólica del padre, que es en esencia un acto de parricidio. El autor sugiere que la prohibición del homicidio es esencial para mantener el orden y la estabilidad en la sociedad. Sin esta prohibición, la estructura de la razón y la ley que nos define como seres humanos se rompería, lo que podría tener consecuencias catastróficas para la sociedad.


Posteriormente tomará la referencia de la historia de Abraham e Isaac que es una de las más conocidas de la Biblia para explicar la ligadura y la prohibición al homicidio. Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac como prueba de su fe. Justo cuando Abraham está a punto de matar a Isaac, yahvé interviene y detiene el sacrificio. Esta historia es a menudo interpretada como una prohibición simbólica del sacrificio humano y una afirmación de la obediencia a la ley divina. Legendre parece utilizar esta historia para ilustrar la idea de la prohibición y la ley. En el contexto de su análisis del caso de Denis Lortie, Legendre puede estar sugiriendo que la prohibición del homicidio es similar a la prohibición simbólica del sacrificio humano en la historia de Abraham e Isaac. Además, la relación entre Abraham e Isaac puede ser vista como un ejemplo de la filiación, la relación de descendencia entre un padre y un hijo.


La "referencia absoluta" parece referirse a la estructura fundamental de la ley y la razón que define nuestra subjetividad humana. Según Legendre, esta estructura está simbolizada por la figura del padre, que es la encarnación de la ley y la razón en la psique humana. Por lo tanto, en este contexto, la "referencia absoluta" podría interpretarse como la ley y la razón, o la figura simbólica del padre, que sirve como el punto de referencia fundamental contra el cual se miden todos los actos y pensamientos humanos. Denis Lortie, al atacar el Parlamento de Quebec, estaba atacando un símbolo de autoridad y orden, una entidad que en cierto sentido puede ser vista como un "padre" simbólico en la estructura social y política. Por lo tanto, aunque Lortie no mató a su padre biológico, su acto se considera un parricidio en un sentido simbólico y sociopolítico por el ataque a la referencia.


Según el autor, el derecho penal y las tecnologías "psi" (psicológicas y psiquiátricas) que gestionan la criminalidad se alejan del principio de la razón, que mantendría al homicidio en el orden de lo fundamentalmente prohibido. En la antigua ley romana, se castigaba a aquel que se adelantaba al "fatum" o designio de los dioses. En el caso del Cabo Lortie, el autor argumenta que el crimen cometido por Lortie desafía la representación del padre en las leyes de nuestra época. En este sentido, el autor sugiere que el parricidio revela una arremetida contra la construcción misma de la razón. El autor también critica la tendencia de la justicia penal a deshumanizar el acto criminal y romper con toda ligazón fundacional de lo prohibido. En lugar de considerar al parricida como un sujeto que atenta contra el carácter simbólico de lo humano y lo prohibido, se establece una lectura desarticulada y deshumanizada del homicidio. En este contexto, el autor propone que el psicoanálisis puede ser un recurso necesario para abordar el crimen en su dimensión subjetiva, permitiendo aportar un criterio de indecibilidad a priori, que se pone en juego cada vez que el sujeto decide cometer un acto.


Lortie un día se despierta con una pregunta inquietante: "¿Seré igual a mi padre, haré lo mismo que él?". Su padre era un hombre violento y abusivo, incluso había violado a una de sus hijas. Esta pregunta lo sumergió en una angustia particular que lo llevó a pedir una licencia a su superior, que le fue denegada. En ese momento, Lortie vio en el Sargento Chernier el rostro de su padre. Poco después, vio al primer ministro en televisión y surgió la idea de la matanza: quería perpetrar un ataque a la Asamblea de Quebec. Comenzó a planificar su acto, en el que también se entrelazaba el fantasma de su propia muerte. Grabó unos cassettes para ser enviados el día fatal, previo a la consumación del acto, y con el fin de anunciarlo. Según el análisis de Pierre Legendre, Lortie, al igual que otros hombres que cometieron actos similares, quería ser considerado responsable de sus crímenes. Se negaba a ser declarado inimputable. En el caso de Lortie, su acto fue un intento de confrontar y destruir la figura de su padre abusivo, representada en el gobierno de Quebec. Al pedir ser declarado culpable, Lortie buscaba asumir la responsabilidad de su acto y, de alguna manera, afirmar su autonomía y separación de la figura de su padre.


Otro punto que destaca el autor es el oficio de ser padre, diferenciado el mero hecho biológico. El oficio de ser padre implica dejar el lugar de hijo para que este sea ocupado por el nuevo integrante. Menciona que en las nuevas generaciones esto se ha vuelto muy peligroso ya que hay una imagen Paterna fraternal en donde el padre no renuncia a la posición de hijo y le hace una demanda a su hijo colocándolo en el lugar del padre. El autor argumenta que la ley paterna es una función lógica de interdicción, puesta en juego en cada proceso estructurante en la experiencia humana. En términos de la relación entre el padre y el hijo, el texto sugiere que la ley paterna juega un papel crucial en la formación de la subjetividad humana. La ley paterna, en este sentido, es vista como una forma de limitar el goce prohibido y establecer lazos sociales más civilizados.


En conclusión el autor nos proporciona un análisis profundo de la ley paterna y la filiación, dos elementos cruciales en la formación de la subjetividad humana y la estructuración de la sociedad. A través del caso del cabo Lortie, un parricida que desafió estas normas fundamentales, el autor ilustra las consecuencias devastadoras de la ruptura de la ley y la filiación. Lortie, impulsado por un fatum o destino inmutable, intentó afirmar su omnipotencia al negar la ley paterna, un acto que el autor interpreta como un intento de destruir el orden simbólico. Además, el texto establece una conexión entre el nazismo y la filiación, destacando los peligros de una filiación mal entendida o mal aplicada, como se evidencia en el énfasis del nazismo en la pureza racial y la descendencia. En resumen, el texto subraya la importancia vital de la ley paterna y la filiación en la formación de la identidad y la subjetividad humana, y las consecuencias potencialmente catastróficas de su ruptura.


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